Hay quien suele calificar a las mujeres como Aurora Picornell como mujer "avanzada a su tiempo". Aurora fue la primera mujer en militar en el Partido Laico de Mallorca. Fue quien organizó el sindicato de costureras de la capital balear y también una de las principales dirigentes del PCE de Illes Balears. Recorrió pueblo a pueblo la isla de Mallorca para señalar con el dedo a los culpables de la explotación laboral de los obreros y obreras y defender la emancipación de la mujer. La asesinaron a sangre fría con 26 años de edad. También a sus padres y hermanos. La fusilaron frente al cementerio de Porreres junto a otras cuatro compañeras del sindicato de costureras. Aurora era una mujer liberada del siglo XX y los militares habían ordenado una vuelta a la Edad Media.
Fue la noche del 5 de enero de 1937. Aurora estaba presa en la antigua cárcel de mujeres de Mallorca tras su detención en la Casa del Pueblo en el verano del 36. Esa noche de reyes un grupo de falangistas la reclamó junto a sus otras cuatro compañeras. Aurora se despidió de sus camaradas de celda y se llevó con ella una bobina de hilo. "Si sobrevivo os haré llegar estos hilos", les dijo. La bobina nunca regresó. Aurora fue llevada junto a sus compañeras al convento de Montuïri donde fue brutalmente torturada para después ser fusilada frente a la fachada del cementerio de Porreras.
"La gente que la conoció recuerda de ella su alegría y optimismo. Era, dicen, eléctricamente optimista. Era una gran escritora y tenía un muy buen verbo. Sus escritos muestran una cosa que no se ve hoy en día. Denuncia la explotación laboral desde la primera persona, desde la práctica y denuncia a los explotadores con nombre y apellidos", explica a Público Josep Quetglas, que ha conseguido reunir cincuenta artículos de la líder comunista en la obra Aurora Picornell. Escrits 1930-1936.
La historia de Aurora como escritora comenzó en 1926. Tenía sólo 16 años pero ya entonces escribió el prologo de la obra ¿Es la mujer superior al hombre?. Su breve escrito le sirve para conocer a Mateo Martí, futuro director de la revista de ideología comunista Nuestra palabra. De su mano, la joven Aurora se va integrando en política a la vez que va desarrollando su faceta de escritora.
"Era la única mujer en el Partido Laico, así que gracias a su verbo y a su capacidad para dirigirse al auditorio poco a poco va adquiriendo popularidad. Rápidamente comenzó a publicar entrevistas a republicanos en revistas comunistas y a coordinar la revista Nuestra palabra", señala Quetglas, que apunta que entre 1932 y 1934 Aurora se marcha a vivir a Valencia, desde donde escribe bajo el pseudónimo de Amparo Pinós.
En 1934 Aurora regresaría a la isla. "Tras la revolución de Asturias de 1934, vuelve a Mallorca e inicia su periodo máximo de actividad política. En estos años se convierte en la roja por excelencia de las islas. Da muchos mitines y se pasea pueblo por pueblo. Hoy día sorprende que pudiera visitar tres pueblos el mismo día teniendo en cuenta las carreteras de entonces", explica el estudioso.
Su personalidad y fama la convirtieron entonces en referencia del movimiento obrero y comunista balear y en objetivo de la Falange de Mallorca. Cuando el 18 de julio se proclama el golpe de Estado, Aurora acudió al Gobernador Civil del gobierno republicano, Antonio Espina, a pedir armas para combatir el fascismo. Antonio Espina le dijo entonces que no era necesario. El general Godet le había prometido esa misma mañana lealtad a la República asegurándole que él ya estaba muy mayor para esas aventuras.
Un día después. Godet dictó el bando militar y pocas horas después, los golpistas dominaban la isla. "La primera orden tras tomar Mallorca fue liberar a todos los prisioneros de Falange. La segunda: localizar y encarcelar a los dirigentes de las organizaciones sindicales y políticas republicanas", explica a Público el historiador Manel Suárez, vicepresidente de la Asociación Memoria Histórica de Mallorca.
La represión comenzó el mismo día 19 -explica Suárez- mediante listas confeccionadas "entre los líderes locales de Falange y los núcleos de poder tradicionales de los pueblos" y se puede dividir en tres etapas diferenciadas. La primera abarca desde el primer día hasta septiembre de 1937. "Es una fase de asesinatos 'pedagógicos'. Buscaban a los líderes políticos y sindicales en su casa, los mataban y los dejaban en cualquier cuneta a la vista de todos para que cundiera el ejemplo", asegura Suárez.
La segunda etapa transcurrió septiembre de 1936 y abril de 1937. "Esta etapa coincide con el nombramiento de Mateo Torres, amigo personal de Franco, y Francisco Parrado como director de la Policía. Es una época de terror desatado. Iban a las cárceles a buscar a los presos, los fusilaban en tandas y los enterraban a todos en fosas comunes. La cosa se descontroló tanto que Torres tuvo que ser cesado por petición de militares", asegura el historiador. Finalmente, la tercera etapa abarca de 1937 a 1942. Suárez la define como el periodo de la "pseudolegalidad". Se producen fusilamientos pero antes había una especie de juicio y sentencia condenatoria.
En total, solo en la isla de Mallorca la represión acabó con la vida de alrededor de 2.300 republicanos. "Creemos que pueden ser incluso más, pero ese el dato que hemos podido verificar", asegura el historiador. Entre esos 2.300 asesinatos estuvo Aurora Picornell. Al día siguiente de su ejecución, un líder local de Falange paseó el sujetador de Aurora por su barrio. El símbolo de mujer libre y liberada había caído. España ya estaba un poco más cerca de la Edad Media.